Esperanza Molleda. 2007

Hace un tiempo tuve un sueño, especial por su textura alucinatoria, que quedó para mí como un trozo de real.

Estoy en mi cama, noto un cuerpo a mi lado, sudoroso, pegado a mí, percibo su calor, siento su aliento. Esto me produce una excitación amorfa y difusa. Pienso que será mi marido, pero me doy cuenta de que ese cuerpo es más grande y está entre medias de ambos. Asustada pregunto: "¿Quién eres?" Su voz ronca y profunda me responde: "Johann". De inmediato tengo la certeza de que la escritura de ese nombre es: "YoJAM" (JAM son también las iniciales del nombre de mi padre, con las que solía marcar su ropa). Me digo: "Eso es un nombre del demonio". El espanto se apodera de mí.

Intento llamar a mi marido, pero no puedo articular palabra. Veo entonces, sin poder diferenciar si es sueño o realidad, como mi marido se levanta, camina, se queda de pie delante de la cama, me mira con cara divertida y hace ademán de lanzarme una flecha con ventosa con un artefacto de juguete de colores infantiles.

Yo sigo aterrorizada. Sigo intentando llamarle por su nombre. Finalmente, con mucho esfuerzo, sólo logro pronunciar las dos vocales de su nombre: a… e..., a… e…

Esperanza Molleda
ELP, Madrid