Un réel pour le XXI sciècle
ASOCIACIÓN MUNDIAL DE PSICOANÁLISIS
IX Congreso de la AMP • 14-18 abril 2014 • París • Palais des Congrès • www.wapol.org

AFINIDADES
Mariana Otero
directora
El encuentro entre un director de una institución orientada por el psicoanálisis lacaniano y una cineasta
Una feliz contingencia

Por Bernard Seynhaeve

No retroceder ante lo real
Mariana OteroLa vida está hecha de buenos y malos encuentros. Claro que hay azar, pero también hay contingencia. ¿Por qué con tal persona habría un encuentro y no con tal otra? La contingencia concierne la decisión del ser, su insondable elección. Esta implica no retroceder ante lo real

Desde que ejerzo la función como director del Courtil, nunca acepté que filmaran a los niños, ni que un periodista se introdujera en la institución. Nunca quisimos, con Alexander Stevens, mostrar a los niños. Era su postura y la mía también. No se viene al Courtil a mirar.

Conocí a Mariana Otero hace tres años, feliz contingencia. Me la presentó Anne Paschetta [1]. Después de haber realizado Histoire d'un secret y Entre nos mains, Mariana Otero quería hacer una película sobre la locura. Estaba buscando un lugar de atención a personas que sufrían de patologías mentales. Fue recibida en varias instituciones pero no encontraba lo que buscaba. Encontró adultos que se orientaban con sus propios fantasmas. El amor del prójimo.

Anne Pasquetta conocía el Courtil y le propuso a Mariana Otero de reunirse conmigo. La contingencia. Yo era reticente y hasta me oponía, en principio, a la idea de introducir una cámara en nuestra institución. No conocía a Mariana. Mariana Otero no vino a convencerme. Eso no le interesaba. Eso me desconcertó en un principio, conmovió mi reserva. Mariana no comprendía. Venía para intentar comprender. Esa era la pregunta con la que venía. Ella quería comprender qué es lo humano, su falla. Venía con un saber agujereado, con una suposición de saber. Claro que tenía su proyecto pero no venía a mirar.

Frente a esta insistencia, sentí la exigencia de tener que explicarme. Mariana vino y volvió al Courtil en varias ocasiones y conversamos largamente durante horas. Ella se daba cuenta que para nosotros cada niño que recibíamos, era, en cada caso, un enigma. Comprendió que aunque supiéramos algunas cosas, muchas cosas quizá, cada uno de ellos era una pregunta para nosotros. El hecho de partir de una página en blanco le resultó novedoso. Hacer una tabula rasa de lo que sabíamos y crear un espacio en el que cada cual, tanto el niño como el operador[1], fuera invitado a inventar, todo eso, era inusitado para Mariana.

Los encuentros con ella se inscribían en un discurso extraño, inédito, un discurso alrededor de un agujero en el saber, un discurso sobre lo real. No retroceder frente a lo real fue una de las condiciones para que surgiera lo nuevo. Ese fue el discurso con el que ella se encontró.

Mariana OteroLa escritura de un poema
En cuanto a nosotros, en el Courtil, teníamos que meternos de lleno en el siglo XXI, en el que los medios de comunicación y el objeto mirada se imponen. El psicoanálisis era ridiculizado, maltratado, burlado. Era el buen momento de dar cuenta en el ámbito público de lo que hacíamos. Hicimos esta apuesta. Le confié las llaves de la institución a Mariana. Ella podía circular por la institución a su albedrío. Le dimos nuestra confianza.

Mariana Otero se integró en la institución como lo hicieron todos los operadores del Courtil. Se tomó todo un año para hacer lo que llamamos la preproducción. Y durante mucho tiempo continuamos con nuestras discusiones. Después se puso a filmar. Ella sola, sin ingeniero de sonido. Era algo que tenía que ocurrir entre los niños, los operadores y ella. Mariana se inventó una cámara que llevaba sobre su vientre de modo tal que no ocultara su mirada. Llegó a filmar 180 horas de pruebas de cámara y no sabía aún si podría hacer algo con ello. No se decidió nada por anticipado.

Extrajo una película de una hora cincuenta [2]. Escribió un poema partiendo de una hoja en blanco.

 

Tocar lo real con las manos
Me pregunté porque su película me había conmovido tanto y porque había conmovido tanto a todos los espectadores. Mi respuesta es que Mariana Otero consigue cernir algo de lo real de los niños con los que estuvo viviendo durante varios meses. Lo había tocado con las manos, y lo pudo traducir en esta obra. Pero no solamente eso. Realizó la proeza de resaltar lo íntimo, la falla, lo que constituye lo más humano en el hombre.

Pero otra cosa es notable. Es que haciendo ésto puso en acto lo que cada uno, niño y operador, está invitado a realizar en ese espacio que se abre con el discurso del psicoanálisis aplicado a la terapéutica, es decir, arrancar los trozos de real con los que cada uno tiene que vérselas. Con respecto a ésto, Mariana Otero, como lo testimonia su película, se hizo operadora como cualquier otro de los que trabajan en el Courtil. Los niños le dieron ese lugar. La invistieron, se sirvieron de ella. Su película testimonia de ésto.

Mariana OteroUna vez que terminó su película, Mariana Otero me confió que había captado algo de lo que podría ser el inconsciente de Lacan [3], el inconsciente real. Lo que muestra su película es que los sujetos con los que había vivido todo este tiempo conseguían inventar, crear una solución que les permite estar en el mundo haciendo uso de su síntoma, apoyándose en su síntoma. Y es exactamente lo que realiza Mariana con su película. Y es lo que cada operador del Courtil está invitado a llevar adelante en este espacio de creación que es el Courtil. He aquí el inconsciente de Lacan. Una feliz contingencia.

 

ver la entrevista en el video de Mariana Otero realizado por Bernard Seynhaeve y Marlène Belilos


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Mariana Otero

  1. Anne Paschetta es guionista. Filmografía reciente: À ciel ouvert (2013), La Vierge, les Coptes et Moi (2012), Barbe Bleue (2009).
  2. Mariana Otero realizó la película À ciel ouvert (2013) en el Courtil : proyectándose ahora en Francia.
  3. Ver entrevista a Mariana Otero realizada por Bernard Seynhaeve y Marlène Belilos, imagen y montaje Thomas Boujut.

* NT: La palabra "operador", "intervenant" en francés, hace alusión a la función de aquellos que trabajan en el Courtil.