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AFINIDADES
Tamara Kamenszain
escritora
La poesía sin metáfora

Entrevista realizada por Kuky Mildiner

Tamara Kamenszain
Tamara Kamenszain nació y reside en Bs As. Es poeta y ensayista y ha publicado catorce libros entre ambos géneros. En 2012 apareció su Obra Poética Reunida en un tomo titulado La novela de la poesía. Su obra, tanto de ensayo como de poesía, se hizo merecedora de múltiples reconocimiento nacionales e internacionales como la beca Guggenheim, una medalla de honor del Gobierno de Chile, el Primer Premio Municipal de Ensayo, el premio Konex, entre otros. Fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y portugués.

Kuky Mildiner: En tu libro "La boca del testimonio" hablás, entre otras cosas, de los cambios en la literatura de la época. ¿Qué hay de la poesía en el siglo XXI?

Tamara Kamenszain: Encuentro una diferencia sustancial en la poesía de las últimas dos décadas o década y media en cuanto a las herramientas que usan en el trabajo, y esta diferencia se podría centrar en un asunto (aunque no es el único) : que cayó totalmente el uso de la metáfora.

No nos olvidemos que era la herramienta privilegiada de la poesía. Entonces, la pregunta sería ¿qué pienso yo al respecto? Ya no sirve más la metáfora….partiendo de la base que lo que el arte busca es dar cuenta del real – que nosotros llamamos "realidad" en literatura.

K. M.: ¿A qué llaman realidad?

T.K.: No se trata de la imaginación. La poesía no trabaja con la imaginación…trabaja con tratar de contar algo que se lo puede definir como material, eso verdadero que atañe al sujeto. El que trabaja en poesía es lo que llamamos yo lírico, el sujeto de la experiencia. Lo que se transmite en el trabajo poético es un experienciar. Siempre se usó la metáfora como herramienta, figura retórica a través de la cual se intentaba dar cuenta de esa experiencia.

Ahora veo en los poetas jóvenes un tratar de sacarse la retórica de encima. Es un escribir que tiene más que ver con el hablar. Es como si quisieran ir a tocar directamente el objeto. No es un estilo impresionista ni descriptivo. El sujeto esta en medio de las cosas y esa sería la salida para tocar más lo real.

Usan un lenguaje muy despojado de retórica, lenguaje del habla, coloquial, pero no coloquial en el sentido populista de otra época, sino en el sentido de estar por fuera de lo literario. Es lo que Josefina Ludmer llamó literaturas post autónomas.

La literatura autónoma es aquella cerrada en un marco de reglas propias, al cual se atiene. Por ejemplo, la metáfora sería una herramienta de la literatura autónoma, lo que se llama lo literario entre comillas. Ahora se ignoran esos límites del arte, pero no en el sentido de los vanguardistas que hacían experimentación con las palabras. La característica que veo que se resalta hoy es la capacidad de uso que tiene el objeto, no de simbolización. Por ejemplo, el otro día leía un verso de una chica que decía algo así como: quiero escribir un poema para que mi novio me quiera. No es escribir un poema para tocar algo sublime, se trata más del uso

A mí me resulta muy interesante, yo obviamente no escribo así, porque parecería una vieja en minifalda. Pero sí me cuestiono mi propio modo de escribir.

K.M: ¿El estar fuera de las reglas de la poesía hasta ese momento vigente, la ubica como sin reglas o como rebelión frente a lo existente y la creación de un nuevo campo con reglas nuevas?

T.K.: Esta por fuera de la literatura tal como se la entendía. Esto cuestiona sus premisas. Nuestra generación era lo que yo llamo "textualistas". En nuestra generación cuestionábamos al realismo socialista, a todo lo que era "contenidista" y la vuelta que dimos es por el lado opuesto al del contenido: la poesía es enunciación. Estos jóvenes ya no cuestionan eso. Trabajan con un yo que no se autocuestiona. No es el yo sufriente de Pizarnik que se preguntaba "Si digo agua, ¿beberé? Si digo pan, ¿comeré?" Ya no hay exclusión entre palabras y cosa. O si hay, se la ignora, es un cuestionamiento superado. En ese sentido es post literario, porque literatura es el intento de encontrar la palabra que diga mejor la cosa y eso es justamente para lo que sirve la metáfora. Ahora eso no importa, pero por esta vía de ignorar los límites de lo literario, tocan de un modo muy interesante lo real. Yo creo que sí son revolucionarios en ese sentido. De hecho, es lo que digo en un libro mío, tomo para analizar ésto lo que dice Agamben sobre la profanación. "La profanación de lo improfanable es la tarea política de la generación que viene"…. Y ellos profanan la metáfora, que no es poco.

Algunos escritores de nuestra generación dicen que ésto no es arte. A mí me parece que ellos, con esta crítica, se quedan pegados a una mistificación de algo que nosotros encontramos y que fue muy bueno (el nivel del texto) y eso estuvo bueno pero hoy es algo viejo, pero no por las modas, sino viejo porque no tiene realidad, no tiene verdad eso ahora.

K.M.: Un gusto Tamara, muchas gracias.